martes, 24 de mayo de 2011

¿Por qué no "Medianoche en París"?

La última película de Woody Allen se estrena en España con el título "Midnight in Paris". Así, en inglés. Y eso que es una película medio española. Comprendo que a veces es complicado traducir un título, pero no me parece que sea el caso aquí, y además, ¿qué tiene de malo "Medianoche en París"? (Claro que en la categoría de dejar los títulos en su idioma original hay casos más surrealistas, como "Brooklyn Follies", de Paul Auster, que en inglés no se titula así, sino "The Brooklyn Follies".)

Mis lectores habituales, si es que tengo alguno, pensarán que la tengo tomada con los traductores (Lost in Translation, La vida, instrucciones de uso, de Georges Perec, De "jamatum" a unciforme en 25 segundos, An unsatisfactory translation, ¿Poli-qué?), pero no se trata de eso. Lo que ocurre es que los traductores tienen un gran poder. Pueden convertir una obra maestra en un libro mediocre. O lo contrario. Como decía el tío Ben, un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Y eso es lo que les pido, que ejerzan esa responsabilidad.

Volviendo a Woody Allen, hace sólo unas semanas probablemente habría puesto verde al responsable de la (no) traducción del título de la película. Pero hoy ya no. Hace muy poco he descubierto la impagable labor que hacen los traductores españoles en favor de los autores locales. Una labor callada, casi secreta, y por consiguiente ingrata. Los traductores están preservando los buenos títulos para que los autores españoles podamos usarlos. "Medianoche en París". ¿Quién lo quiere?

¿Cómo lo he descubierto? Con otra película reciente y con un libro, no tan reciente. La película, "Encontrarás dragones", se titula en inglés "There Be Dragons"; el libro, "Here, There Be Dragons", se tradujo en España como "Tierra de dragones". Ambos títulos originales aluden a la expresión "Here be dragons", que presuntamente se usaba en los mapas de la antigüedad para marcar los territorios peligrosos o inexplorados.

En realidad, sólo se conserva un mapa (o más precisamente, un globo terráqueo) en el que figure esa expresión (en latín: "Hic sunt draconis"); el globo Hunt-Lenox, de principios del siglo XVI. Y quizá ni siquiera ponga eso. La inscripción "Hic sunt dracones" aparece en la costa oriental de Asia, y se debate si se refiere a "dragones" o al "reino de Dragoyán" descrito por Marco Polo.

La verdadera expresión empleada en la antigüedad era "Hic sunt leones", lo que no es de extrañar, ya que la reducción del área de distribución del león ha ido aparejada con la expansión de la civilización occidental; recordemos que hasta el año 100 a.C. hubo leones en Grecia, en el siglo X desaparecieron del Cáucaso, en el siglo XVIII de gran parte de Asia, y entre finales del XIX y principios del XX fueron exterminados en Oriente Medio y en el norte de África.

De todos modos, aunque la expresión "Hic sunt draconis" o "Here be dragons" sea apócrifa, no deja de ser un buen título. "Aquí hay dragones". Gracias, traductores. Quizá lo use en alguna de las novelas (iba a decir "saga", pero no estoy seguro de que vayan a formar una saga en el sentido clasico, y por clásico no me refiero a las sagas escandinavas) que estoy planeando y con las que, con permiso de Laura Gallego, tengo la intención de revolucionar el género dentro de unos años. Pero ya estoy hablando demasiado.

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